InicioPolíticaPiden la indagatoria del Conu Rodríguez y de tres espías de AFI

Piden la indagatoria del Conu Rodríguez y de tres espías de AFI

El Ministerio Público Fiscal solicitó la indagatoria del actual directivo de la AFIP y referente de La Cámpora, Fabián «Conu» Rodríguez, y de los tres agentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que interactuaban y le pedían al ex policía federal, Ariel Zanchetta espiar a «objetivos». El requerimiento se formuló en el marco del a causa donde se investiga el presunto espionaje ilegal a jueces federales, a los ministros de la Corte Suprema y a diversas figuras políticas.

Las evidencias informáticas que la justicia federal analizó en el caso donde se investiga una red de espionaje ilegal sostienen que Ariel Zanchetta, el ex policía y ex espía, no realizó su trabajo en soledad.

“Contaba con ‘informantes’ que le proporcionaban datos sobre los objetivos, reportaba parte de su actividad a terceros y realizaba algunas de estas conductas por ‘pedido’ de otros”. La fiscalía a cargo de Gerardo Pollicita le dio tres nombres al juez Marcelo Martínez De Giorgi, todos ellos agentes de la AFI.

Bajo la convicción de que Zanchetta no era un cuentapropista, sino que era un eslabón -entre otros- de una estructura de mayores dimensiones, el fiscal Pollicita analizó una serie de elementos que le permitieron dar un paso más para lograr identificar otros posibles involucrados en las operaciones de espionaje ilegal.

En este contexto, el representante del Ministerio Público Fiscal solicitó al juez De Giorgi la indagatoria de los tres agentes de la AFI que habrían tenido participación al solicitarle, a través de diversas cuentas de correo electrónico, la realización de informes ilegales.

En el dictamen al que accedió Clarín, el fiscal indicó: “La profundización del análisis de las pruebas digitales en poder de Zanchetta, sumado al resultado del registro informático de las numerosas casillas de correo electrónico utilizadas por él bajo nombres falsos y a las respuestas de los organismos públicos y empresas, han conformado un escenario” en el que se pidió una ampliación de indagatoria del expolicía.

«Conu» Rodríguez, financista del espía

En cuanto a Fabián “Conu” Rodríguez, el fiscal Pollicita señaló que desde su posición como Subsecretario de Coordinación de Medios de la provincia de Buenos Aires administraba fondos públicos que utilizó para la “contratación directa en publicidad oficial” de Ariel Zanchetta.

Bajo esta explicación se concluyó que la participación del camporista “se materializó en un primer periodo desde su posición como Subsecretario de Coordinación de Medios de la provincia de Buenos Aires, etapa en la que se habilitó el portal de Zanchetta para recibir los fondos del Estado, y continuó luego cuando el imputado pasó a desempeñarse como Subdirector General de la AFIP, utilizando su influencia para asegurar la financiación”. Rodríguez sigue en ese cargo hasta hoy.

Esto quedó demostrado para la fiscalía, “a partir de las conversaciones vía Telegram entre los dos acusados, en las que Rodríguez le dijo a Zanchetta: «estoy ahora en afip. Pero sigo con los temas de provincia. Todo mi equipo quedó ahí (…) así que cualquier cosa me decís», como así también por el hecho de que la Provincia siguió abonando y aumentando el pago de los fondos en concepto de «pauta» al portal del ex policía hasta su detención.

Se analizaron mensajes de voz y diversas conversaciones de Telegram como de Whatsapp que, la fiscalía entiende, son incriminatorias para Rodríguez. “A partir de los fondos asignados a Zanchetta” se buscó «financiar la actividad de espionaje ilegal llevada adelante” por el ex policía.

Espionaje multipropósito

En base al registro informático de los correos electrónicos utilizados por el ex policía, y en base al Sistema de Inteligencia Nacional, la fiscalía determinó que al menos entre 2009 y 2015 Zanchetta realizó diversas acciones de inteligencia. Pero en segundo término, se sostuvo que no actuó en soledad.

Pollicita descubrió que muchas de las tareas de inteligencia fueron a pedido de quienes serían tres agentes de la AFI, cuyos nombres fueron proporcionados al juez y se encuentran bajo reserva.

La Justicia sigue la pista de estos tres agentes que habrían estado detrás de Zanchetta, quien en sus dispositivos digitales tenía 1196 informes con información obtenida de manera ilegal. El listado de «objetivos» incluía a jueces federales, a los ministros de la Corte Suprema. También a políticos, dirigentes sociales y periodistas, entre otros.

Por ese motivo Pollicita requirió que el juez llame a declaración indagatoria a los tres integrantes de la AFI.

En el dictamen se sostuvo: “Se ha logrado demostrar que, al menos desde el año 2009, el agente de la policía federal Zanchetta rrealizó actividades prohibidas por la Ley de Inteligencia Nacional a pedido de tres agentes de dicho organismo: (…)Jefe de (…), (…) Agente de Reunión (…) y (…) Agente Operativo (…), quienes le seleccionaban objetivos y le encomendaban la realización de distintas operaciones ilícitas”.

Se ha logrado demostrar, continuó diciendo Pollicita, “que las tareas ilegales encomendadas por los Agentes de la Secretaría de Inteligencia a Zanchetta eran diversas. Entre ellas es posible señalar la recolección de información y la confección de informes de inteligencia acerca de una persona señalada como ‘objetivo’, la elaboración de informes sobre determinados conflictos, situaciones o sobre la filiación política de quienes dirigían agrupaciones sindicales o personas jurídicas, así como también, la obtención y reunión de datos acerca de abonados telefónicos”.

Zanchetta finalmente enviaba a los agentes de inteligencia del Estado la información obtenida “sobre los ‘objetivos’ que aquellos le señalaban, quedaba en poder de los funcionarios públicos que de esta forma, a través del primero, obtenían y reunían información que era sistematizada y analizada, todo ello en infracción a Ley de Inteligencia Nacional, lo que les permitía almacenar y tener a disposición la inteligencia producida, ocultando su actividad prohibida detrás del funcionario policial”, indica el dictamen.

El trabajo con los tres espías

Un correo electrónico fue el punto de partida para dar con esos tres espías que habrían dado órdenes a Zanchetta. Desde la casilla que se encontraba activada en uno de los celulares secuestrados y cuya descarga de contenidos se hizo el 9 de octubre, la fiscalía logró desenmascarar una red aún más amplía de espionaje ilegal.

En el pedido de indagatoria, Pollicita detalló que para cumplir con las tareas asignadas por los funcionarios de la Secretaría de Inteligencia, el ex policía “obtenía y reunía información y datos personales a través de múltiples y variadas fuentes mediante el acceso ilegítimo a bases de datos de organismos públicos y de entidades. privadas y la realización de averiguaciones de campo y luego sistematizaba y analizaba la información reunida, volcándola en un ‘informe de inteligencia’ que enviaba a los mencionados agentes del organismo”.

Zanchetta realizaba diversos informes o investigaciones a pedido de dos contactos: uno que usaba un alias y a su vez, contaba con tres correos electrónicos similares, que pertenecían a uno de los espías de la AFI. La misma dinámica de un alias con dos correos similares era utilizada por otro de los agentes.

“Esta situación se extiende en el tiempo desde 2009 hasta diciembre de 2015, período durante el cual Zanchetta envía ciento setenta y seis correos electrónicos a los destinatarios señalados, en los que, en la mayoría de los casos, se adjuntan informes e investigaciones sobre personas, situaciones o asuntos -incluyendo datos comerciales, movimientos migratorios, vehículos o inmuebles a su nombre, celulares, tareas de campo, averiguaciones, antecedentes penales o policiales-”, explicó el fiscal Gerardo Pollicita.

El método: correos electrónicos

Los presuntos integrantes de la AFI identificados por la fiscalía le pedían todo tipo de información a Zanchetta: posesión de inmuebles de algunas personas, rastreo de antecedentes, fotografías de propiedades, vínculos comerciales, entre otros.

Todos los requerimientos se denominaban de la misma forma: “objetivos”. Con esa palabra clave el ex policía sabía que tenía tarea asignada y no tardaba en responder a lo pedido.

“Los dos contactos señalados solicitaban a Zanchetta todo tipo de informes e investigaciones y el imputado se las enviaba en archivos adjuntos, en los que volcaba información obtenida y reunida de diversas bases de datos y sumaba sus propias ‘fuentes reservadas’ o ‘investigaciones de campo’”.

Del registro de datos de otra casilla perteneciente al ex policía, se corroboró la intervención de un tercer agente de inteligencia. “Entre abril y julio de 2015 Zanchetta envía a su interlocutor informes sobre personas, celulares o situaciones —a veces se cuenta con el mail en el que la otra persona se lo solicita y a veces no—”.

Por ejemplo, este tercer contacto, le pide a Ariel Zanchetta “la “solvencia” de un “objetivo” y del otro le dice “necesito todo, especialmente lo malo que hizo en su vida”.

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