Casi nadie cuestiona las buenas intenciones del ministro de Salud de la Nación, Mario Russo. Sin embargo, quienes conducen algunas de las 22 carteras de Salud provinciales que este lunes participaron del primer Consejo Federal de Salud (COFESA) convocado desde la asunción del Presidente Javier Milei, sintieron, promediando la mitad de la reunión, una necesidad de hacer mayor foco en lo urgente. Básicamente, el dengue y los severos problemas de financiamiento del sector. Lo que una fuente de este mundillo definió como “un clima que, durante un rato, se cortó con tijera y cuchillo”.
Al COFESA dijeron “presente” casi todos los ministros de Salud de las 24 jurisdicciones del país. Los faltazos fueron dos: Formosa y Río Negro, cuyos ministros comunicaron esta misma mañana que no podrían asistir.
Si bien no dieron mayores explicaciones, de la segunda de esas provincias, Clarín pudo averiguar el motivo de la ausencia, un tema que de algún modo simboliza el ambiente tensionante que durante un rato primó en el COFESA.
Ocurre que, a la ministra rionegrina Ana Senesi le tocaba enfrentar, en el comienzo de esta semana, dos temas calientes: paritarias del sector y una reunión con el Gobernador Alberto Wereltilneck, en la que debía tratar la actualización salarial y las deudas con prestadores.
Lo singular de Río Negro se proyecta en el que quizás haya sido el pico de tensión del COFESA. En palabras de una fuente que compartió detalles con este medio, “el ministro (Mario Russo) es un caballero y se comenzó la reunión hablando de temas de calidad en salud. Hubo acuerdo en continuar los lineamientos de la gestión anterior”.
Sin embargo -siguió-, “luego de tratar el tema de la digitalización del sistema, varios ministros, en tono amable, reclamaron que ‘todo muy lindo, pero qué va a pasar con el dengue y el financiamiento de los programas’”.
En la práctica, esto se concretó en un tensionante intercambio -aseguraron fuentes que pidieron reserva, más allá de que el Ministerio negó esta situación- entre el ministro de Salud de Salta, Federico Mangione, y el secretario de Acceso y Equidad en Salud, Andrés Scarsi.
Si bien desde el Ministerio de Salud le bajaron el tono a la discusión, todo habría surgido luego de que, “en buen tono” (relató una fuente que estuvo ahí), los ministros de Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe, La Rioja, Santiago del Estero y Salta plantearan la necesidad de virar la agenda de las “cuestiones superfluas hacia las cuestiones urgentes”, en palabras de una de las fuentes que habló con Clarín.
En ese marco, el ministro Mangione habría marcado su enojo con respecto a las deudas de Nación con Salta en relación al programa de gestión de vectores. Y se habría quejado (calurosamente) de cierto abandono sufrido por la provincia en la lucha contra el actual brote de dengue.
Según trascendió, la respuesta de Scarsi fue bastante frontal y de uno u otro modo se aprovechó (o forzó) para hacer el corte para el almuerzo que estaba previsto en la agenda.
Desde el entorno de Russo negaron cualquier tensión: “Hubo intercambios con los ministros, con consultas que se fueron respondiendo por parte de las autoridades nacionales. El break estaba previsto en agenda”.
Los ministros de Salud de las provincias, reunidos en el primer Consejo Federal de Salud (COFESA) que se hace en la gestión de Javier Milei. Foto: Ministerio de Salud
El COFESA y los temas en la agenda del Ministerio de Salud de la Nación
Desde la cartera nacional de Salud compartieron algunos de los temas abordados. Además de anunciar que en los próximos días se publicará el decreto reglamentario de la receta médica digital y tratar el lanzamiento de la campaña de vacuna antigripal, “se expuso la necesidad de redefinir competencias entre Nación, provincias y municipios, con el objetivo de mejorar la calidad del sistema de salud”.
Un ejemplo de lo que en esa repartida le tocaría a la cartera que ahora conduce Russo (tan cuestionada, desde hace años, por su falta de gobernanza) es “vacunas y alta complejidad” (lo último, en alusión a los hospitales nacionales), puntualizaron desde el Ministerio.
Desde los zapatos de quienes rodean al Ministro se sintió “buena recepción de las provincias en la idea de avanzar para tener datos de resultados sanitarios de la inversión”.
Sin embargo, no todo fue tan “liso”, dicen otras voces, y varios por estas horas matizan la buena voluntad de Russo con algunas indefiniciones en la meta de traccionar objetivos que por momentos se presentan como incendios.
Hay un par de ejemplos. El primero es el tema (que varios ministros mencionaron) de la cobertura de medicamentos de alto costo, un problema irresuelto hace meses, que estalló luego de que la dirección nacional correspondiente (la famosa DADSE), que debe cubrir a los pacientes que requieren tratamientos con fármacos cuyas provincias no poseen en sus bancos de drogas, fuera traspasada desde el Ministerio de Capital Humano al de Salud.
El mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue. Foto: BloombergPor el trauma del traspaso, por falta de recursos o por inacción, hace meses hay pacientes con sus tratamientos interrumpidos.
La respuesta de Russo pareció razonable para quienes comprenden que (para decirlo bestialmente) a Salud le arrojaron una papa caliente con ese traspaso, pero no satisfizo a otros, ya que el Ministro prometió que la DADSE regularizará su funcionamiento en 30 días.
El COFESA, la Superintendencia y las provincias
Otro de los temas que algunas provincias pusieron en la agenda este lunes se refiere al decreto que el Gobierno publicó en el Boletín Oficial hace poco más de un mes, que estableció que la Superintendencia de Servicios de Salud deje de cubrir las prestaciones cuando un paciente con obra social se atiende en un hospital público, y la obra social demora el pago al hospital, cuestión que en estas horas sigue generando discordias.
Y otro ejemplo de un tema que en realidad estaba en la agenda del COFESA, pero que generó (como se dijo) alguna tensión, es el dengue.
Qué se habló del dengue en el COFESA
La gran pregunta de estos días era si el Ministerio terminaría recomendando la vacuna Qdenga (de la japonesa Takeda) a algún sector de la población. Ese escenario parece por ahora, lejano, mientras continúan los estudios de seguridad (efectos adversos) y varios aguardan que la fase 4 vaya mostrando cifras de cobertura mejores que las recabadas hasta ahora contra los serotipos del virus 3 y 4 (casi inexistentes en la actual epidemia récord).
Dos organismos que guían esta posición más bien cautelosa (mientras se despliega la farmacovigilancia) son la propia Organización Panamericana de la Salud y la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), que recientemente realizó una de sus reuniones trimestrales. Las actas todavía no están publicadas, de modo que se desconoce lo conversado allí pero, por lo que se pudo averiguar, la Comisión no sería promotora de la vacuna, al menos por ahora.
En el COFESA se trataron estos temas y el Ministerio hizo énfasis en que la estrategia más efectiva sigue siendo combatir el mosquito con las conocidas (pero ninguneadas, en parte, a falta de comunicación oficial sólida) estrategias domiciliarias de descacharreo.
En este marco, se presentaron los detalles del último informe epidemiológico de dengue, cuestión que estuvo a cargo de quien ahora conduce el área, Carlos Giovacchini.
Qué se informó sobre el dengue en el COFESA
Una fuente que estuvo presente en la reunión de los ministros explicó que varias de las jurisdicciones hicieron hincapié en la comunicación de los temas de salud y en la notificación estadística, dos temas nada menores pensando en el dengue.
Las cifras que presentó Salud, como se viene viendo, son duras: desde la última semana de julio de 2023 (semana epidemiológica 31) hasta la semana epidemiológica 10 de este año murieron 106 personas. De ellas, 96 fueron en 2024.
En cuanto al registro de casos, son 151.310, una cifra que es la punta del iceberg de una masa de subregistrados mayor. Aun así, la incidencia acumulada es de 321 casos cada 100.000 habitantes, en un contexto con circulación viral en 19 de las 24 jurisdicciones.
Por lo pronto, el Ministerio transmitió que monitorea “permanentemente la situación epidemiológica nacional y la vigilancia”, y comunicaron que, con el apoyo de la OPS, se lanzó una Red de Referentes Clínicos provinciales.
También, que hay un compromiso de la cartera de “asumir un rol rector con foco en la recolección y evidencia de datos y una gestión por resultados sanitarios”.
En cuanto a la dimensión federal, aquello que le debería tocar a cada gobernación, la posición es que “las políticas de salud provinciales deben establecer prioridades según las necesidades de sus territorios”.
PS