Temerosos y aún impactados, fueron pocos los alumnos que volvieron a este viernes a la escuela Marcelino Blanco de Mendoza, donde el miércoles una alumna de 14 años llevó un arma a la escuela, disparó al menos tres veces y apuntó contra compañeros y docentes, sin causar víctimas.
La adolescente sigue internada, en sala común, y asistida por el equipo de salud mental del hospital infantil Humberto Notti, en el Gran Mendoza. Por su edad es inimputable y no se le inició causa penal.
A las 8 de este viernes, después del asueto por el Día del Maestro, volvieron a clases los estudiantes del secundario del municipio de La Paz, localidad que tiene apenas 12.000 habitantes. “Fueron pocos alumnos, algunos ingresaron en compañía de sus padres y madres”, contó una celadora del colegio.
La calle Maipú, de ingreso a la escuela, continuó cerrada con conos y vallas, y solo podían ingresar caminando los alumnos y empleados.
A las 9.30 de la mañana comenzó la charla sobre cómo prevenir y actuar frente al bullying. Fue un taller de reflexión solo para los estudiantes del turno mañana, al que iba la adolescente que llevó el arma y amenazó a sus compañeros.
“Era una alumna callada, que aparentemente sufría bullying. Cuando se paseaba con el arma por los pasillos le apuntó a un preceptor, a un compañero que supuestamente le hace bullying, y pedía por la profesora Raquel, de Matemáticas”, dijo una compañera que fue testigo del terror.
El director general de Escuelas de Mendoza, Tadeo García Zalazar, explicó que era una jornada de reflexión institucional sin asistencia obligatoria. “Estarán todos los equipos interdisciplinarios y psicopedagógicos a disposición de la comunidad educativa, tanto de los estudiantes como de los padres, los docentes y del equipo directivo”, explicó el funcionario.
El director de Salud Mental de Mendoza, Manuel Vilapriño, agregó que, ante este tipo de situaciones, “hay que abordar el problema con mucho cuidado para no dañar a la persona y su entorno, que también está sufriendo“. Y dijo que el objetivo es “reflexionar sobre esta situación y trabajar mucho, no solo en lo informativo y preventivo, sino ver si hace falta algún tipo de derivación o profundizar algunos casos”.
Habló el papá
La escuela Marcelino Blanco está en el municipio de La Paz, a 40 kilómetros del límite con San Luis y 140 kilómetros de la ciudad de Mendoza.
El arma de fuego que llevó la alumna de primer año pertenece a su papá que es comisario en actividad en la Policía de San Luis. La estudiante le robó la pistola 9 milímetros, disparó varias veces y estuvo cinco horas atrincherada en el patio. Finalmente, pasadas las 14.30 del miércoles, la Policía controló la situación y la chica entregó el arma.
El padre de la adolescente es primo del intendente de La Paz, Fernando Ubieta, y sobrino del dos veces jefe de Policía de San Luis, Miguel Angel Ubieta, quien desempeñó la máxima jefatura durante dos etapas, con los gobernadores Alberto Rodríguez Saá y Claudio Poggi (en su primer mandato).
La Policía de San Luis también ha iniciado una investigación para determinar su responsabilidad, porque el arma reglamentaria no puede portarla otra persona. “También nos acercamos a darle contención al padre, que estaba muy mal y se encontraba de franco de servicio, y lo siguen estando”, según informó un funcionario puntano.
La familia de la estudiante sigue sin comprender el motivo de lo que ocurrió. ““Ella está bien, gracias a Dios. No entendemos bien qué le pasó. Lo importante es que está contenida, bajo tratamiento. Sólo necesitamos que se reponga para poder hablar y entender”, dijo el padre al diario La Nación. Aseguró que no sabía si su hija pudo ser víctima de bullying en la escuela y que no estaba al tanto de que algo le hubiera ocurrido con algún compañero o docente.
Sin bien no hubo heridos durante el intento de ataque, tres alumnas y la docente de Matemáticas aludida, fueron internadas con ataques de pánico. Las cuatro recibieron el alta esa misma tarde. La profesora no ha vuelto a trabajar, le han otorgado una licencia por estrés.
El episodio comenzó cerca de las 9.30 del miércoles, cuando los estudiantes regresaban a las aulas tras el primer recreo. La alumna estaba en el baño y con ella una preceptora que había sido advertida de que alguien había traído un arma al colegio. La docente se acercó a la estudiante y le pidió que entregue el arma. La estudiante se negó y sacó la pistola, caminó por el pasillo y realizó dos disparos al aire. Después, según contaron otros estudiantes, se escucharon más disparos.
El estruendo y el pánico que generaron se puede escuchar en dos videos que grabaron chicos del colegio desde adentro y que ellos mismos subieron a las redes sociales. Rápidamente, todos los alumnos fueron evacuados por una finca de viñedos, ubicada detrás del colegio.
Los negociadores de la Policía trabajaron junto a psicólogos para tratar de convencer a la joven para que se entregara. Pasadas las 14.30, más de cinco horas después del inicio del episodio, finalmente la Policía controló la situación y logró quitarle el arma a la chica. La joven se reunió con su familia y fue trasladada al principal hospital pediátrico, donde permanece en tratamiento psicológico.
AS