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Con elogios a los “impresionantes” beneficios del ajuste, el Fondo pide “avanzar en las reformas”

Con elogios a los “impresionantes” beneficios del ajuste del presidente Javier Milei, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobó este viernes un nuevo programa con la Argentina que implica un desembolso de US$20.000 millones, con un monto inmediato de US$15.000 millones de libre disponibilidad que próximamente llegarán a las arcas argentinas para recapitalizar el Banco Central (BCRA) y pagar la deuda con el organismo multilateral. Sin embargo, el organismo pide “avanzar con las reformas” para fomentar la productividad, la competitividad y el crecimiento.

La aprobación del programa “es un voto de confianza en la determinación del Gobierno de impulsar reformas, impulsar el crecimiento y brindar una mejor calidad de vida a los argentinos”, tuiteó Kristalina Georgieva, la directora gerente.

En un comunicado difundido anoche, el Fondo dijo: “El Directorio Ejecutivo del FMI aprobó un acuerdo de Servicio Ampliado del FMI (SAF) a 48 meses para Argentina por un total de US$20.000 millones (o el 479% de la cuota), con un desembolso inmediato de US$12.000 millones, y una primera revisión prevista para junio de 2025 con un desembolso asociado de alrededor de US$2.000 millones”.

“Se espera que el programa contribuya a catalizar el apoyo oficial multilateral y bilateral adicional, así como un reacceso oportuno a los mercados internacionales de capital”, agregó el organismo.

El programa respaldado por las autoridades tiene como objetivo consolidar los impresionantes beneficios iniciales de los recientes esfuerzos de política monetaria —respaldados por fuertes esfuerzos de ajuste fiscal y monetario y desregulación— y, al mismo tiempo, abordar las vulnerabilidades macroeconómicas que aún persisten en Argentina”, señaló el FMI.

“El programa apoya el camino hacia el afianzamiento de la estabilidad macroeconómica, el fortalecimiento de la sostenibilidad externa y el establecimiento de las bases para un crecimiento más sólido y resiliente”, señaló.

“Sobre la base de la sólida trayectoria de las autoridades, el acuerdo apoya la transición a una nueva fase de su plan de estabilización y crecimiento para afianzar la estabilidad macroeconómica, fortalecer la sostenibilidad externa y profundizar las reformas estructurales para crear una economía más abierta y orientada al mercado”, agregó.

“Las prioridades de política se centrarán en mantener un anclaje fiscal sólido, la transición hacia un régimen monetario y cambiario más sólido, con mayor flexibilidad del tipo de cambio, y avanzar en las reformas para fomentar la productividad, la competitividad y el crecimiento”.

Kristalina Georgieva añadió en el comunicado: “Sobre la base de los impresionantes esfuerzos en curso para desregular la economía, el programa busca profundizar las reformas estructurales para impulsar el crecimiento de Argentina, incluso a través de su vasto potencial en energía y minería”, dijo.

“Los esfuerzos se centrarán en seguir i) fortaleciendo la flexibilidad de los mercados de productos y de trabajo, y en la apertura gradual de la economía; (ii) mejorar la eficiencia del Estado y su previsibilidad regulatoria; y iii) mejorar la gobernanza y la transparencia, en particular mediante una mayor armonización de los marcos de lucha contra la corrupción y la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo con las normas internacionales”, agregó.

El Fondo aún no publicó el staff report con todos los detalles técnicos del acuerdo. Pero se sabe que nuevo Programa de Facilidades Extendidas (EFF, según las siglas en inglés) tendría una tasa de 5,63% y ya el próximo martes entrarán US$12.000 millones a las arcas argentinas. En los próximos 60 días y aún más ingresarán otros 3.000 millones. Se anunció también el ingreso adicional de US$ 3.600 millones de organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y 2.000 millones adicionales de la CAF.

Poco antes de la comunicación formal del Fondo en Washington, el ministro Luis Caputo anunció en Buenos Aires que el Gobierno levantaba el cepo y se establecía un programa de bandas cambiarias para mantener la cotización libre del dólar entre los 1.000 y 1.400 pesos, cuyos límites se ampliarán a un ritmo de 1% mensual.

Esta manera de anunciar el esperado programa fue muy inusual, ya que habitualmente el FMI y los países comunican en forma simultánea lo acordado. Las palabras previas de Caputo vienen a reforzar el apoyo del Fondo al ministro y la idea de que lo que viene es un compromiso del propio Gobierno y no una imposición del organismo para darle más dinero.

El dinero que ingrese del FMI será utilizado por el Tesoro para cancelar parte de su deuda con el Banco Central en letras intransferibles. “La deuda total no aumenta”, dijo Caputo.

El desembolso inicial anunciado supera por mucho la cifra que había deslizado Georgieva, que semanas atrás sugirió que era “razonable” que el organismo liberara enseguida unos 8.000 millones. Y se acerca más al monto que buscaba el Gobierno para poder transitar con tranquilidad las turbulencias locales e internacionales en un año electoral sobre todo para que no se dispare la inflación. De hecho, el índice de precios al consumidor revelado este viernes saltó al 3,7% en marzo, cuando en febrero había sido de 2,4%.

El nuevo acuerdo llega en un momento complicado a nivel internacional, con una crisis financiera global en medio de la incertidumbre por la política arancelaria de Donald Trump y una guerra comercial entre Estados Unidos y China. La mayor potencia económica mundial, que tiene un fuerte poder de voto en el directorio del FMI, fue clave para que se diera más dinero a la Argentina, que por su historia debe pelear con una fuerte imagen de desconfianza.

Otra señal de respaldo es la llegada este lunes a Buenos Aires del secretario del Tesoro, Scott Bessent, que se reunirá con el presidente Javier Milei para mostrarle el apoyo a su “audaz” política económica, justo el día en que los mercados reaccionarán ante el nuevo programa. Consultado sobre si el Tesoro podría dar un apoyo monetario directo adicional al país, Caputo no dio pistas: “Lo más importante es su venida. Hoy debe ser la persona más requerida del mundo”, dijo.

El acuerdo se viene negociando desde hace varios meses, luego de que venciera en diciembre el anterior firmado por el gobierno de Alberto Fernández. Había gran expectativa del Gobierno para que se firmara en los primeros días del año y así fortalecer las reservas para salir del cepo, pero el acuerdo llevó varios meses a pesar de que desde la Rosada dejaron trascender a menudo de que era “inminente” y que “solo faltaba el moño”.

Siempre hubo intención del Fondo de negociar un nuevo programa porque el organismo valora el fuerte ajuste implementado por el presidente Milei, pero los puntos ríspidos con Economía se concentraban en la volatilidad de las reservas y el temor de que el futuro desembolso se esfumara en controlar el valor del dólar.

El Fondo siempre ha resaltado –y más en el caso argentino, que es el mayor deudor del organismo— la importancia de que el programa tenga consenso en el país porque de esa manera, y ante un plan de muy largo plazo que puede atravesar varios gobiernos, el apoyo político es necesario para que se cumplan los compromisos y recibir los pagos en tiempo y forma.

Si bien el plan no fue aprobado por una ley, como se había establecido en el pasado, Diputados aprobó semanas atrás un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que no incluía precisiones clave como montos y compromisos. El programa no tuvo en el recinto el consenso del kirchnerismo y otras fuerzas, pero al board le alcanzó con ese compromiso.

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