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Hay entusiasmo en el Gobierno, ya que confían en que la inflación bajará al 1% antes de lo previsto

El Gobierno no lo va a decir abiertamente, por ahora, a falta de una quincena para que cierre enero. Pero en el equipo económico no descartan que la inflación de este mismo mes empiece con “1”, marcando una sensible caída respecto del dato de diciembre, conocido en la tarde de ayer.

La expectativa oficial, de hecho, va en línea con las previsiones de algunas consultoras: Eco Go, de Marina Dal Poggetto, estima que el IPC de enero bajaría al 2,0%. En el mismo sentido va Analytica, del economista Ricardo Delgado: calcula una inflación del 2,2% para este mes.

El Gobierno fija ambiciosa meta de inflación

En un mes con baja estacionalidad y con los alimentos contenidos —en especial la carne, que durante diciembre tuvo un pico de aumento en el asado (17%)—, el índice podría terminar con una clara tendencia bajista.

Por otra parte, está claro que el Gobierno juega su parte con los “regulados”. Las tarifas de los servicios públicos ya muestran subas por debajo de la inflación mensual, y lo mismo viene ocurriendo con los combustibles.

“La inflación anunciada hoy (2,7% de diciembre) fue la menor para un mes de diciembre desde 2018”, festejó Luis Caputo desde su cuenta de X.

“En tan solo 12 meses, pulverizamos la inflación”, se entusiasmaron desde la cuenta oficial del Ministerio de Economía.

La decisión de disminuir la devaluación mensual del 2% al 1% operará a partir del próximo mes. Desde el Gobierno, aseguran que la movida forma parte de un “ambicioso plan para erradicar la inflación”.

Y que no le temen a la visión de algunos economistas sobre un posible atraso cambiario. “Eso ya lo respondió el Presidente. Nosotros creemos que el peso se empodera porque la economía está sana, sin déficit fiscal”, aseguran desde el elenco oficial a iProfesional.

Desde el equipo económico desestiman que haya un riesgo a un atraso cambiario, aun cuando los propios registros oficiales marcan que el tipo de cambio real haya caído sensiblemente en los últimos meses.

Por otra parte, el Banco Central confía en que la dinámica de estas últimas semanas marca una nueva corrección bajista de la inflación. Así lo expresó el directorio del BCRA en el comunicado divulgado tras la difusión de la inflación de diciembre, por parte del Indec: “En un contexto de recuperación de la actividad económica y aumento estacional de precios, tanto la inflación de los últimos meses como las observaciones de alta frecuencia confirman una inflación observada a la baja y por debajo de las expectativas relevadas en el mercado. El ajuste para el tipo de cambio continúa cumpliendo el rol de un ancla complementaria en las expectativas de inflación”.

Las últimas estimaciones del REM (relevamiento del BCRA entre consultoras) marcaron una inflación superior al 2% para enero y febrero. El Gobierno estima que esas previsiones son exageradas.

Y que la inflación de estos próximos meses se ubicará bien por debajo de los últimos meses. La aspiración es que ya este mes muestre un IPC que empiece con el “1”, algo que podría repetirse en febrero.

Hay algo concreto: a partir de que la devaluación mensual baje a un ritmo del 1%, el Gobierno necesita imperiosamente que el índice de inflación muestre una clara tendencia declinante.

Por más que no lo admitan, los funcionarios saben que si eso no ocurre existirá un riesgo creciente de que el mercado financiero juegue en contra, en un contexto siempre delicado para la Argentina.

Economistas advierten por incertidumbre en Brasil y Estados Unidos

Algunos de los economistas que son referentes del mercado —desde Domingo Cavallo hasta Carlos Melconián— vienen advirtiendo sobre el atraso cambiario y el riesgo que supone una baja de la devaluación mensual al 1 por ciento.

Para algunos de esos profesionales, el contexto internacional no ayuda a esa decisión. La devaluación en Brasil pone en riesgo la competitividad de la economía argentina. Pero no es todo.

La inminente asunción de Donald Trump en la Casa Blanca también añade una dosis de incertidumbre al contexto internacional. Si el líder republicano cumple con la promesa de incrementar aranceles a las importaciones, es muy probable que la Reserva Federal detenga el proceso de baja de la tasa de interés internacional. Algo que ya está sobre la mesa desde que la semana pasada se conocieron datos de la fortaleza de la economía estadounidense.

¿Cómo reaccionará el mercado?

Por ahora, los financistas parecen jugar a favor de las expectativas del oficialismo. ¿De qué manera? Es interesante reflejar el último informe de Adcap Grupo Financiero, divulgado a clientes una vez conocido el dato de inflación de diciembre y la baja del “crawling peg” a partir de febrero.

“Esperamos que los mercados locales reaccionen positivamente y que los inversores probablemente extiendan duration, particularmente en los bonos de tasa fija más largos disponibles, en anticipación de otro recorte de tasas. Este desarrollo probablemente impulsará el mercado más allá de los niveles máximos de optimismo observados el 14 de noviembre, ya que los bonos más largos deberían superar a los más cortos según la menor inflación esperada”, destacaron los analistas de Adcap, comandados por Javier Timerman.

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