Elvis Presley, el rey del rock ‘n’roll, cumpliría 90 años este 8 de enero. Y si fuera argentino, tal vez la gente se emocionaría cantando: “¡Elvis no murió, Elvis no se murió!”, enseguida agregando el “Que se muera…” a algún ídolo odiado, con los típicos insultos a la madre de turno.
O quizás, en estos tiempos de elecciones candentes, tanto en Argentina como en Venezuela o Estados Unidos, el grito de batalla sería: “¡Elvis no te votó, Elvis no te votó!”. Pop, celebridades y política, esa mezcla tan buscada para triunfar en democracia.
Por estos lares, sin duda, los ejemplos van desde Palito Ortega (el “rey” local) como gobernador de Tucumán, hasta las intenciones del recientemente fallecido Leo Dan de incursionar en la política.
Punk Trump
Elvis fue un rebelde. Si a los historiadores de la música popular aún les cuesta medir el impacto que causaron los Beatles, Sex Pistols o Nirvana, imaginen lo que significó Elvis.
Nada lo resume mejor que la película The King (2017), que no solo habla de Elvis, sino del terremoto cultural que provocó en América: “Antes no existía Elvis, y de pronto Elvis estaba ahí. Todo cambió”, se escucha decir a uno de los expertos en Preslíada. Porque sí, Elvis, como la Ilíada o la Eneida, es un mito real. La verdadera odisea del Sueño Americano.
Es absurdo preguntarse qué votaría tu ídolo o si Elvis ocuparía un cargo en el gobierno de Trump. Si Elon Musk será el Ministro del Departamento de Eficiencia Gubernamental, un “Sturzenegger” del país del norte, ¿sería Elvis el encargado de “Eficiencia Rockera y Musical”? ¿Saldría Taylor Swifti a contrarrestar el golpe? That ‘s all right, mama…
Parafraseando un libro que se ha vuelto un clásico para entender los tiempos: ¿La rebeldía rockera se volvió de derecha?. Un mal comienzo, porque eso implicaría que alguna vez fue de izquierda, lo cual es una acusación falsa. Sin embargo, resulta sorprendente ver cómo los rebeldes de antaño, como el cantante de The Who, autor del himno My Generation, salieran a atacar a los inmigrantes, o cómo John Lydon, líder de Sex Pistols y emblema de la rebelión punk, quien cantó “Dios salve a la Reina inglesa, porque no es un ser humano”, hoy apoya el trumpismo.
Ya lo dijo Charly: los jóvenes de ayer…
El rock de la prisión para el presidente Trump
Un buen slogan para un anti-héroe de estos tiempos: Trump será el primer presidente con una condena. Una playlist de 88 cargos y cuatro causas. Trump, el primer delincuente convicto en ganar una elección presidencial en Estados Unidos.
Los hits más sonoros van desde lo hardcore, con un toque de espectáculo, como la estrella porno Stormy Daniels, hasta el impulso que dio al asalto al Capitolio por parte de sus seguidores, el 6 de enero de 2021. Idea para cover: Con una gran ayudita de mi votantes haters.
Y entre tanto hit, algo destacó en su reciente campaña cuando afirmó: “Soy el más grande de todos los tiempos, quizá incluso más grande que Elvis“. Lennon dijo que los Beatles eran más grandes que Jesucristo, y las cosas se enrarecieron en el aire del Sur aún segregado de Estados Unidos en los años ’60.
A Eric Clapton lo compararon famosamente en un grafiti con Dios, y ahora un presidente electo se compara con el Rey del Rock. En resumen: debe haber alguna relación entre política, música y las fuerzas del cielo.
Tal vez, quién sabe, quiera lanzar un par de singles con títulos como Tu inmigrante se comió a mi gato o Sí, el dinero puede comprar Groenlandia, además de Tocando las puertas del cielo, junto a algún presidente latino.
Elvis y Trump, un dueto (mal) soñado
Hubiera sido un buen dueto. Un featuring que ya había hecho Elvis en diciembre de 1970, cuando se presentó en la Casa Blanca y solicitó una audiencia urgente con el presidente Richard Nixon.
Presley se oponía a la cultura de las drogas, al hippismo, a los movimientos estudiantiles y a los Panteras Negras. La imagen, surrealista, de Nixon y Elvis juntos parece salida de un episodio de Watchmen. También podría ser la portada de un libro paranoico de Thomas Pynchon. Dios bendiga a América.
Elvis hoy, ¿MEGA?
Los historiadores lo llaman historia contrafáctica, y solo escuchar esa palabra esdrújula ya suena aburrido. Pero los escritores lo llaman ciencia ficción, y es mucho más divertido imaginarlo.
¿Qué pasaría si Elvis viviera hoy? La ciencia ficción, como dijo el escritor argentino Elvio Gandolfo, “No niega lo real, sino que se nutre de él. Es el relato de lo que podría pasar”.
¿Elvis usando una gorra que diga MEGA? Make Elvis Great Again, acompañando desde su casa al presidente electo? Obvio, fue el primer artista que, cansado de las giras, mandó su Rolls Royce lleno de merchandising a recorrer Estados Unidos.
¿Podría Elvis presentarse hoy en vivo como lo hacen Paul McCartney o los Rolling Stones? ¿Sería cancelado por haber apropiado la negritud de la música afroamericana?
En tiempos de revisionismo y cancelación, ¿sería considerado un pionero demócrata por haber fusionado blues negro y country blanco, cuando el mayor temor de los segregacionistas era “el peligro de la mezcla de razas”?
¿O, en su lugar, debería responder en Saturday Night Live, a medio camino entre la broma y la seriedad, por su privilegio blanco?
Jimmy Fallon: -Elvis, ¿por qué alcanzaste el mainstream en la TV y el cine, algo que figuras como Chuck Berry, Little Richard y Bo Diddley jamás pudieron lograr?
Elvis: Sir, esa sí que es una buena pregunta.
Elvis Aaron Presley murió el 16 de agosto de 1977, a los 42 años, en Memphis, la ciudad que lo vio surgir. Fue allí donde empezó a reducirse la brecha entre el público blanco y afroamericano. En la misma ciudad que nueve años antes había sido escenario del asesinato de Martin Luther King.
Sin embargo, el mejor Elvis sigue siendo el del presente, con su voz lírica capaz de pasar del clásico O Sole Mio (It ‘s Now or Never) al gospel y al rock más salvaje. Todo esto lo demuestra el efervescente y abrasivo documental El regreso del Rey: Declive y resurgimiento de Elvis Presley, disponible en Netflix.
Con o sin política, sus palabras seguirán siendo ciertas, como él mismo dijo: “Un poquito menos de conversación y un poquito más de acción”.
¡Y qué buen eslogan de campaña habría sido!