Pública, gratuita, inclusiva y de calidad, la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) está celebrando quince años de la creación de la extensión áulica en Nogoyá, un hito surgido como un paso más en la formación de profesionales críticos y a la búsqueda de soluciones a los problemas en el territorio.
El 30 de octubre de 2009 se creó la Extensión Áulica de Nogoyá, en el ámbito de la Ciencia y Tecnología, y comenzó la primera cursada de la Tecnicatura Universitaria en Producción Agropecuaria.
La apertura de la extensión áulica y de la nueva carrera significó un salto cualitativo en la formación de profesionales de la ciudad y localidades aledañas en un campo relacionado con la producción agrícola y ganadera –principalmente la industria láctea–, que constituye el motor de la economía regional.
A través del tiempo, la extensión áulica experimentó un gran desarrollo de su oferta educativa con la incorporación de una Licenciatura Universitaria en Producción Agropecuaria, contribuyendo a la búsqueda de soluciones regionales junto a la comunidad, para un mejor porvenir para las juventudes, y reafirmando su proyecto institucional integral para aportar a la formación crítica.
Jaqueline Schvindt estaba terminando el secundario y tenía una certeza: como perteneciente a una familia de contratistas rurales quería estudiar una carrera vinculada al agro, pero era difícil que pudiera costearlo lejos de Nogoyá. Hasta que una amiga le envió un flyer con la novedad. Fue una de las primeras inscriptas a la carrera, luego sería también de las primeras egresadas de la Tecnicatura y, más tarde, una de primeras licenciadas.
Hoy, a sus 33 años, es una orgullosa egresada de la universidad provincial; ha desarrollado una carrera profesional que tal vez la habría llevado por otros caminos si no hubiese tenido la posibilidad de cursar una carrera universitaria.
Trabajó durante cinco años como personal eventual en la sucursal local de Aceitera General Deheza, “haciendo la tarea de la logística de los camiones en la época de cosecha”; dio clases de taller de granja en una escuela agrotécnica; y actualmente es la responsable de logística de insumos de Berardo Agropecuaria, una empresa familiar que tiene su casa central en Urdinarrain y sedes en Nogoyá y Gualeguaychú. “La universidad, además de un título, me dio un aprendizaje que de otra forma no lo hubiese podido conseguir, sobre todo en las salidas a campo, y eso me ayudó muchísimo en mi vida laboral”, admite Jaqueline.
Aquella primera promoción comenzó su ciclo lectivo con una treintena de inscriptos. Las clases se desarrollaban en la Escuela Aerotécnica La Carola, a unos diez kilómetros de la ciudad, de lunes a jueves, a partir de las 17.
“Se formó un grupo muy unido entre compañeros, profesores y directivos. La mayoría éramos de Nogoyá, casi todos de la ciudad y algunos del ejido rural, pero nos conocíamos y eso hizo que hubiera más confianza en la charla y en el día a día. Además, al ser un curso chico daba la oportunidad de que fuera más cómodo hacer preguntas, consultas y compartir ideas en clase”, rememora Jaqueline sobre aquellos inicios.
Una característica de la carrera era la posibilidad de realizar prácticas en el campo, además de las clases teóricas. Hacían visitas periódicas a escuelas agropecuarias, tambos, laboratorios e industrias lácteas. “Eso generaba más ganas de seguir aprendiendo”, resume.
De aquella primera promoción, algunos continuaron su formación en la Licenciatura Universitaria en Producción Agropecuaria, que abrió en 2016; hay egresados que trabajan en empresas del sector agropecuario de la zona y otros que han hecho una carrera docente, en escuelas medias y en la Facultad de Ciencia y Tecnología.
Como entonces, el coordinador de la Extensión Áulica es Damián Ceola, técnico en Balística y Papiloscopía, egresado de la Faculad.
La apertura de una carrera universitaria tuvo un impacto inconmensurable en la comunidad. Jóvenes a quienes les hubiera resultado imposible acceder a la universidad pudieron hacerlo a la vuelta de sus casas y con una carrera que brinda una formación específica en un pilar fundamental de la economía regional: el campo.
“La carrera te abre varios caminos, para la agricultura, la apicultura, la ganadería y también la docencia; así que tenemos que valorar y aprovechar la posibilidad de tener una carrera universitaria, pública, gratuita y de calidad en la ciudad y en la región”, subraya Jaqueline. “Esta posibilidad no la tuvieron otras generaciones; había que irse a otras ciudades”, agrega. Muchos no tuvieron esa posibilidad y no la tendrían hoy.
Por último, la joven deja un mensaje para la Comunidad de Ciencia y Tecnología: “Felicitaciones”, es la primera expresión. “Quince años hablan del camino recorrido, de los estudiantes que apostaron a la carrera, de la calidad de la educación y del apoyo de directivos, profesores, personal de administración, que estuvieron siempre al pie del cañón”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora