Luis Caputo sigue en conversaciones para conseguir dólares frescos del exterior. El ministro de Economía designado por Javier Milei explora todas las posibilidades. Por estas horas, se habla de algún tipo de alivio financiero del Fondo Monetario y un préstamo «puente» por US$ 3.000 millones con bancos extranjeros para que el nuevo gobierno pueda financiarse durante el primer trimestre hasta la llegada de la cosecha gruesa.
La línea podría ser similar a la que negoció el propio Caputo siendo secretario de Finanzas en 2016 con cinco bancos para fortalecer las reservas por US$ 5.000 millones y garantizados con bonos nominados en dólares. Según fuentes del mercado esta vez se apuntaría a conseguir US$ 3.000 millones. «La idea es armar un puente hasta marzo o abril, pero es difícil porque no hay buenos colaterales», explica una fuente del sector financiero con llegada a Wall Street.
Sería una operación repo (repurchase agreement) con una garantía o activo colateral. Una de las alternativas es la emisión o el uso de bonos en dólares ya emitidos, pero que hoy cotizan en torno a los US$ 35, un valor bajo que refleja el alto riesgo de comprar esos papeles. La otra opción es usar como respaldo las acciones de la ANSeS (FGS) y el 51% de las de YPF, cuyo valor rozaría los US$ 5.000 millones.
Las negociaciones con el FMI y los bancos van por carriles separados, pero se conectan entre sí. Existe la posibilidad de que el crédito sea contra desembolsos del organismo, otro punto que despierta incertidumbre. En la gira en EE.UU., donde presentó el plan económico al Fondo y el Tesoro, Caputo cosechó ciertos apoyos en los organismos, pero faltan definiciones.
Cuando asuma el nuevo gobierno en 7 días, se espera el anuncio de un ajuste fiscal de 5 puntos del PBI, un nuevo esquema cambiario y de tarifas, y un paquete de leyes, que incluyen la reforma del Estado, privatizaciones y desregulaciones. Tanto las autoridades en Washington como los grandes inversores en Wall Street aguardan esas medidas antes de abrir la billetera.
El Gobierno enfrentará un panorama desafiante desde el 10 de diciembre. Según estimaciones privadas y de fuentes cercanas al ministro de Economía, entre diciembre y abril se necesitan entre US$ 7.000 y US$ 10.000 millones para cubrir las necesidades financieras, incluyendo pagos de deuda al FMI, otros organismos, bonistas privados, provincias y deuda privada.
En el caso del Fondo, el acuerdo está virtualmente caído por el incumplimiento de metas. Las reservas netas son negativas en más de US$ 10.000 millones y el déficit fiscal cerraría este año en 3% del PBI. La expectativa es que se reactive el entendimiento con un nuevo objetivo de reservas y la liberación de un desembolso de US$ 3.300 millones para pagar US$ 900 millones el 20 de diciembre.
El equipo económico de Milei espera la ayuda de EE.UU. «Yo creo que va a conseguir algo del fondo y de organismos internacionales y después dependerá de los contactos del ‘Messi de las finanzas’», dijo una fuente en contacto con Caputo, en alusión al apodo que el mercado le puso hace años al próximo ministro. Los fondos de inversión, sin embargo, son menos optimistas sobre la asistencia que podría recibir Argentina desde el sector privado.
Una de las trabas son las restricciones legales para utilizar las acciones del FGS como garantía de un préstamo en dólares y la eventual reacción de la oposición. Si bien no hay antecedentes, el entonces ministro de Finanzas utilizó a la ANSeS en la gestión de Macri para financiarse colocándole letras en pesos y Sergio Massa intentó echar mano de sus bonos en dólares con un fallido canje.
Siguiendo el esquema del 2016 y 2018, el mecanismo en discusión consistiría en que el Tesoro entregue títulos en dólares para colocarlos en el Banco Central y así rescatar letras intransferibles en dólares. Aquella vez, ese movimiento permitió reducir el stock en su momento de letras en un 30% y a su vez ofrecer los bonos como garantía para que los bancos internacionales aportaran sus dólares al Banco Central.
Caputo también fue encomendado por Milei para reducir las Leliqs, una tarea que presenta obstáculos. Si bien prometió una «solución de mercado», los bancos ya le hicieron saber que no quieren prestarle dólares para cancelar esas letras. En 2018, con los pesos recibidos por la emisión de títulos del Tesoro, el Banco Central presidido por el Federico Sturzenegger rescató Lebacs y redujo ese stock de deuda.
«Se hablaba de los activos del FGS, y de cambiar las notas intransferibles por títulos ley Nueva York, pero me parece que antes debería subir el precio de los bonos y lo de las acciones del FGS me parece que no caminaría«, señalaron desde un fondo extranjero. La lectura desde Nueva York es que Argentina es un mercado «riesgoso» y muchos inversores que se «quemaron» todavía siguen expuestos al país.