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Un rally extremo en un paisaje lunar: velocidad, palos al por mayor y una cruzada por el planeta en el desierto de Atacama

“Cuanto más rápido vayas, más rápido vuelves”, le dice un asistente a Laia Sanz. Faltan 3 minutos para su largada y la mejor piloto de motos de la historia, que hizo su crossover al rally, no quiere chistes, como si supiera que se viene una jornada muy accidentada.

Es sábado, el sol del desierto de Atacama agrieta la piel a pesar de los traicioneros 24 grados que marca la sensación térmica. Ahora mismo, recorremos boxes para vivir desde adentro el Copper Grand Prix, la última carrera del E Extreme World Tour, la categoría de rally de autos eléctricos que se corre en lugares con climas extremos.

El Odissey’21 (el auto oficial de campeonato, un SUV de 450 caballos) del equipo Acciona que maneja la española y defiende la cima del campeonato, sale derrapando, levanta una nube de polvo y en 4,3,2,1 segundos alcanza los cien kilómetros por hora.

La primera curva es caótica, parece que todos los autos se van a tocar y van salir despedidos de la pista. Un Hummer del equipo norteamericano Chip Ganassi rueda a centímetros de Sanz, pero la española logra zafar. Pasó cerca, pero unas vueltas después, en otro giro apretado, Mac Laren toca al auto del Rossberg X Racing y el efecto dominó golpea a Laia.

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El ABT Cupra da un vuelco espectacular en la clasificación del sábado del Extreme E de Antofagasta.

Tras el impacto, el auto de Sanz rompió un circuito de conectores y quedó afuera de la primera prueba: “Una rotura estúpida y el cortocircuito de un cable; al descolocarse el paragolpes, el cable de las luces de atrás entró en cortocircuito y paró el coche. Hay que corregir ese sistema en estos autos”, le dice a Clarín el dueño del Equipo Acciona, nada menos que el español Carlos Sainz.

Carlos Sainz le contó sus sensaciones a Clarín.Carlos Sainz le contó sus sensaciones a Clarín.El Extreme E le hace honor a su nombre, una clara referencia a los climas extremos adonde llega el circuito, pero también a lo al límite que se corre cada carrera.

Un par de horas después, la española tendrá su revancha en la segunda rueda de clasificación. Tras la salida, la carrera quedará en un mano a mano con el equipo Veloce. Acciona irá por detrás, hasta que, tras un cabeza a cabeza (o mejor rueda a rueda), Laia le arrebata el primer puesto. Perder la punta será fatal Veloce.

El equipo Acciona en el Extreme E, Copper Grand Prix AntofagastaEl equipo Acciona en el Extreme E, Copper Grand Prix AntofagastaApenas cuatro segundos marcan su destino: el auto del equipo Andretti da un terrible vuelco, toma altura y cae literalmente sobre el coche de Veloce, que un instante antes había perdido el primer lugar con la española.

Las pruebas del viernes fueron un juego de niños al lado de lo que se vio el sábado. Derrapes, saltos, trompos y vuelcos, a toda velocidad. Y todavía faltan las finales.

No es la luna, es el desierto de Atacama

El Extreme E es un circo impresionante que se monta en los escenarios más remotos del planeta que han sido afectados por el cambio climático. Ahora se disputa en uno de los lugares más parecidos al paisaje lunar que existen en la tierra, el árido desierto de Atacama, pero la carrera ya pasó por Senegal, Arabia Saudita y hasta el año pasado hubo una fecha en Groenlandia.

Un paseo por la luna. Los vehículos de asistencia del Extreme E, dignos de un paisaje de ciencia ficción.Un paseo por la luna. Los vehículos de asistencia del Extreme E, dignos de un paisaje de ciencia ficción.“Groenlandia fue mi preferida, sin dudas”, cuenta Christine GZ, de una personalidad que avasalla, hispano- italiana y nacida en la India. La rubia de 37 años, que corre el Dakar en el equipo del arquero del Real Madrid, Thibaut Courtois (el argentino Ricardo Torlaschi la acompañó el año pasado), es piloto y Development Driver de la competencia.

«¿Por qué Groenlandia fue mi preferida? Porque te encontrabas con las pistas más diversas. Desde zonas de roca donde casi que había que parar de cien a cero a bajadas buenísimas en tierra negra, saltos espectaculares. Pasabas por arena, por agua. Era como todo en uno y además en esas épocas era un track mucho más largo.

En el Extreme E, Christine tiene un doble rol. Primero, comodín: si le pasara algo a algún piloto (como vimos, no sería descabellado) ella será la encargada de reemplazarlo. Además, como experta en rally estuvo a cargo del trazado, del montaje del circuito y del armado del Odissey’21 que esta temporada se jubila.

“Flipea competir con sostenibilidad y con la misma adrenalina que en un coche de combustión”, completa.

Christine GZ, la Development Pilot del Extreme E.Christine GZ, la Development Pilot del Extreme E.Es que, la excusa de esta categoría es promover los combustibles limpios. La idea es que cinco días después, cuando todo haya terminado, no quede rastro del paso del rally ni de sus 74 carpas por el desierto de Atacama.

Por eso, los autos son eléctricos y el campamento que se monta es totalmente sustentable. Y por eso no hay público, para que la contaminación registre al mínimo posible.

Todo llega hasta esta zona minera que alguna vez perteneció a Bolivia en el Santa Helena, un barco que recorre el mundo cargando este “big show” a sus espaldas. Entre carpas, muebles, herramientas, sistemas de energía, paneles solares, los kits de autos de todos los equipos y cámaras traslada unas seis mil seiscientas toneladas por el mar.

En la embarcación también se traslada el “Enowa Neom”, una pila que combina hidrógeno líquido con agua y genera la energía limpia que alimentará cada una de las carpas del campamento y de todo el paddock.

El mítico Santa Helena, “garage” del Extreme E en Londres durante los recesos de competencia, viajó casi dos meses desde Cerdeña y ahora descansa en el puerto de Mejillones, sobre la costa del pacífico, a cinco horas y media del circuito.

El circo por dentro

Seguimos en zona de Boxes. Las diez primeras carpas pertenecen a los paddocks de los equipos. En esta línea que da a la pista, en las ultimas se levantan los diferentes talleres: baterías, neumáticos, suspensión y scruting, donde se le hace una especie de VTV a los coches, antes de salir.

Vista aérea del circuito con las 74 carpas montadas para el Extreme E en Atacama.Vista aérea del circuito con las 74 carpas montadas para el Extreme E en Atacama.Justamente, en scruting tratan de reparar el Hummer que quedó destruido en el primer choque. “Trataremos de que llegue a mañana”, dice el mecánico que cambia chapones y evalúa roturas a contrareloj.

Seguimos caminando. Ahí está el tótem del automovilismo. Nada menos que el español Carlos Sainz, la leyenda del Rally, dos veces campeón del mundo, el que más pruebas disputó y el tercero que más veces subió al primer lugar del podio en el Campeonato Mundial de Rally.

Pero ahora, el español es dueño de Acciona, uno de los tres equipos que llegó al final del Extreme E.

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Clarín visitó el paddock del equipo del alemán donde trabajan los cordobeses César Argañaraz y Juanito Montes.

“En este momento estoy en otro rol, una vez que arranca la carrera no puedo hacer mucho desde acá. Cuando uno está al volante siente que tiene todo controlado”, explica Sainz que tras su accidente de este año le confirma a Clarín que piensa volver al Dakar en 2024.

El bicampeón mundial de Rally fue quien gestó el crossover de Laia Sanz, “La reina del desierto”, que tras ganar 11 campeonatos consecutivos de Trial en la categoría femenina, dejó las motos para subirse a un auto de rally.

Sainz le dio el empujón para que tome el volante de auto: “Desde que arrancó, ha tenido un crecimiento que nunca le vi a un piloto”, elogia el español a su pupila.

La particularidad que tiene esta categoría de SUV eléctricos es que los equipos se forman por dos conductores: un hombre y una mujer. Y cada uno tendrá su momento al frente del volante. Serán dos vueltas por pruebas y un cambio de volante que no podrá superar los 45 segundos. De los diez equipos, los cinco que sumen los mejores tiempos correrán la gran final. Los otros cinco irán por la “Redemption”, una carrera que entrega apenas 8 puntos al ganador.

Cómo es el Odissey’21 por dentro

El auto oficial del Extreme E, Copper Grand Prix. AntofagastaEl auto oficial del Extreme E, Copper Grand Prix. AntofagastaEn las clasificatorias del sábado quedó claro que los equipos no se regalan nada. Dos vuelcos, un par de choques, mucho trabajo para los mecánicos y preocupación para los médicos.

“Lo lógico hubiera sido que estos palazos se dieran el domingo, cuando se define el campeonato y es a todo o nada. Generalmente, los pilotos se cuidan en la primera carrera y en la segunda se matan. ¿Por qué tantos golpes? Estos son autos todoterreno, SUV eléctricos, que compiten chapa a chapa y eso provoca muchos accidentes. La visibilidad es clave, querer llegar al primer check point y no ser penalizado al tirar una barrera. El embudo de la primera curva, con mucha tierra en el aire, también contribuye al palo”, explica Daniel Panelo del sitio especializado, SoyMotor.com y TodoFierro.com.ar.

El Odissey’21 parece estar diseñado para destruirse por fuera. La fibra de vidrio de “las cachas” son casi descartables. Pero las normas de seguridad internas provocan que los pilotos salgan caminando después de darse increíbles palos. Las barras de seguridad son de keblar y el cinturón de seguridad tiene cinco puntos; eso provoca que el piloto vaya pegado al asiento evitando golpes importantes. Tal es así, que ahora mismo Christine GZ, la Development Pilot que debería reemplazar a cualquier lesionado continúa en los boxes de Fox, la empresa que provee la amortiguación a todos los equipos del Extreme E.

Así quedó el Hummer, tras el vuelco. El domingo volverá a la pista. Así quedó el Hummer, tras el vuelco. El domingo volverá a la pista.

Bienvenidos al desierto: una tormenta de arena definirá la final

La Gran Final llega a sus últimas dos vueltas. Ekstron lideró las dos vueltas pero Khritofferson lo alcanza sobre el final y entran juntos. Entonces, ocurre lo impensado: en el momento exacto del cambio de auto se levanta una tormenta de arena; Laia Sanz se pierde en el remolino, no ve donde está su auto. El encargado del equipo Acciona de controlar los 45 segundos no ve su reloj. En medio de ese caos, Mikaela Ahlin-

Kottulinsky pasa a 30 kilómetros por hora (la velocidad permitida hasta la línea de partida donde se retoma la competencia) y sale derrapando. Será allí que el equipo de Carlos Sainz perderá la carrera y, quién dice, quizá el campeonato.

“Arrancamos el día pensando que lo perdíamos todo. Y se nos escapó la final en el cambio de piloto. Estuvimos a punto de ganar y seguimos en carrera. El domingo tendremos que salir a ganar”, le dice Carlos Sainz a Clarín, un poco más tranquilo y sentado en un banquito de los boxes de su equipo.

Carlos Sainz habla con su equipo en la intimidad de los boxes.Carlos Sainz habla con su equipo en la intimidad de los boxes.Mañana (hoy, domingo) será otro día. Pero no uno cualquiera. De estos dos equipos (Rosberg, 164 puntos, Acciona 158) hoy por la tarde saldrá el nuevo y último campeón de la Extreme E que el año que viene será Extreme H con autos a base de hidrógeno.

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