El arranque de la semana previa a las elecciones en la provincia de Buenos Aires no fue de lo más auspicioso en materia cambiaria. El dólar mayorista subió en una sola jornada, algo parecido a la inflación mensual —2,2% y trepó a los $1.372— mientras que en los bancos se vendió a $1.385, un alza de $25.
Tras esta suba, el tipo de cambio quedó en la posición más cercana al techo de la banda cambiaria, desde que este sistema fue implementado tras el acuerdo con el Fondo Monetario.
La separación es de apenas el 6,5%. Una diferencia que podría alcanzarse rápidamente en caso de que continúe la presión dolarizadora.
La dinámica es posible si se tienen en cuenta los procesos electorales anteriores, donde la demanda de divisas suele potenciarse.
El dólar se acerca al techo de la banda: ¿puede superarlo?
La suba del tipo de cambio en las últimas jornadas se relaciona directamente con dos hechos. El primero: la proximidad de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. En la recta final de un evento donde el Gobierno se juega parte de su suerte en la gestión, los inversores no dudan en pasar el domingo 7 dolarizados.
El segundo evento es un verdadero “cisne negro” político: la difusión de los audios de Diego Spagnuolo sobre supuestos hechos de corrupción en el gobierno nacional.
El impacto de esta cuestión es indescifrable para la mayoría de los analistas políticos. Distintas encuestas aseveran que el hecho tiene un nivel de conocimiento prácticamente total, pero todavía nadie sabe qué impacto tendría a la hora de contar las urnas en la extensa provincia.
Para algunos operadores, la suba del dólar en el comienzo de la semana “hay que tomarla con pinzas”. “Los feriados en los Estados Unidos dejan al mercado local con muy pocas operaciones. Hoy al mediodía, en el mercado mayorista había ofertas por tan solo u$s5 millones. No puede tomarse como referencia para el día a día del mercado”, advierte a iProfesional el operador Martín Genero, de Clave Bursátil.
La caja de herramientas de Luis Caputo
La suba del dólar era un escenario perfectamente posible hasta hace algunas semanas. Si dejó de serlo fue a fuerza de un Gobierno que apretó seriamente el mercado monetario. Y, desde ya amenaza con seguir ajustando las tasas en las próximas jornadas, de ser necesario.
El Gobierno tiene varias opciones para evitar que el dólar testee el techo de la banda, que está en 1.462 pesos.
En los últimos días, el Gobierno efectuó intervenciones masivas en el mercado de futuros del dólar. Es la manera más a mano para forzar una mayor oferta en el “spot”.
El último informe de la consultora PPI (Portfolio Personal Inversiones) dio precisiones sobre esa actuación oficial. “El mercado de futuros de dólar llamó la atención. El miércoles se operaron u$s2.872 millones, el mayor volumen desde el 15 de julio (u$s2.971 millones)”.
El Presidente ya dejó trascender que seguirá elevando los encajes bancarios en caso de que crezca el riesgo de que haya pesos dando vuelta por el mercado.
Desde ayer, todas las obligaciones en pesos sujetas a encaje fraccionario se elevaron 3,5 puntos porcentuales. La medida alcanzó a depósitos a la vista, plazos fijos y también a los fondos Money Market. Los bancos están habilitados a integrar el porcentaje adicional con títulos públicos en pesos adquiridos en suscripción primaria, con un plazo mínimo de 60 días.
Además, se elevó en dos puntos porcentuales la proporción de encajes para obligaciones a la vista en pesos, alcanzando el 53,5%: 35 puntos en efectivo y 18,5 puntos en títulos del Tesoro.
El Tesoro vende dólares
Operadores de mercado detectaron que en las últimas ruedas de la semana pasada, el Gobierno, a través del Tesoro, intervino en el mercado mayorista del dólar con ventas directas.
Según la consultora 1816, esas ventas habrían alcanzado unos u$s350 millones hasta el miércoles de la semana pasada. Operadores financieros dijeron a iProfesional que también se detectaron ventas en bloque (por u$s50 millones) el último viernes.
Esta medida, lejos de enfriar el mercado, habría provocado todo lo contrario. Suele suceder que los inversores se ponen más nerviosos cuando ven que el Gobierno lo está. Y, como en estos casos, vende dólares cuando debería cuidar las divisas que atesora. Ya sea en el Banco Central como en el Tesoro.