“Visitando el Malba me encontré con una pintura expuesta que me resultó muy parecida a una pintura mía de 2005 llamada Dragon Caller”, posteó en Instagram el artista Gustavo Cabral, más conocido como Ciruelo (Buenos Aires,1963). Artista argentino del rubro fantástico, especializado en dragones, Ciruelo es reconocido a nivel mundial como uno de los ilustradores más importantes del Fantasy Art o Fantasía Épica, género que representa temáticas mágicas o sobrenaturales.
En el posteo –que tuvo miles de likes y comentarios y en el que también participó con algunas intervenciones la artista—, consignó una foto suya en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) frente a la obra de Carrie Bencardino perteneciente a la exhibición El desentierro del diablo, junto a una foto de su propia obra. Las dos piezas son sumamente parecidas: la forma del dragón que ocupa la parte central de la composición; la paleta de colores; el fondo rocoso; el clima de la escena.
Consultado por LA NACION, Ciruelo señaló que no le gustan los conflictos: “Muchos de mis fans reaccionaron exasperados, no quiero perjudicar a Carrie”. El artista contó que su intención con el posteo “fue informar, no levantar polvareda”. Pero también añadió: “En el Malba, no vi ningún crédito ni referencia a mi obra. Ella dice que es fan mía desde la juventud, pero no me pidió disculpas. Yo lo dejaría ahí”.
Y finalmente, amplió: “Ella respondió en mi posteo de Instagram: puso algo así como que los ídolos de la infancia se pueden convertir en terribles fantasmas. La gente y mis fans le contestaron mal. En ningún lugar puso que era un homenaje. No quiero que esto sea negativo para ella ni para el Malba”, concluyó el artista.
Como un homenaje tácito
Por su parte, también en diálogo con LA NACION, la joven artista explicó que desde hace doce años su práctica “siempre se nutre de objetos, videos e imágenes encontradas en Internet”. Y amplió: “La mitad de mi obra es sobre apropiación de imágenes que pertenecen a imaginarios visuales de las comunidades de las que formo parte, es un modo homenaje, una influencia explícita”. Bencardino contó que en este procedimiento la imagen de origen funciona como punto de partida. “La cita explícita es un gesto consciente. Esto no es algo que hago a escondidas, sino que lo enuncio de manera explícita. Para mí este mecanismo ya viene del dadaísmo”, señaló.
En particular, para esta exhibición curada por Carlos Gutiérrez, Bencardino se nutrió de imágenes que despertaron su interés en la adolescencia: ahí apareció Ciruelo. “Tengo un póster firmado por él de mis 15 años. Por eso decidí hacerle un cover. En ningún momento fue algo a escondidas. Lo hago en el Malba. Cada vez que doy una visita guiada hablo sobre Ciruelo y sobre que esa obra surgió de una de Ciruelo y está mencionado en el catálogo”, señaló la artista.
La obra que expone en el museo pasó por un proceso de digitalización para estirarla. “Lejos de buscar el ocultamiento o copia servil yo trabajo con un pensamiento crítico sobre la apropiación de imágenes. En mi pintura la apropiación no es un fin en sí mismo, sino un medio para interrogar la memoria cultural, las iconografías compartidas y la relación afectiva que establecemos con las imágenes”.
En sintonía con las declaraciones de la artista, el comunicado oficial de Malba expresó que “la obra pictórica de Carrie Bencardino se nutre de imágenes encontradas en revistas, tapas de discos, videoclips, internet y de su archivo personal de objetos y otros materiales visuales que circulan en la cultura de masas y sus medios” y que “este procedimiento es propio de las prácticas artísticas contemporáneas: la imagen de origen funciona como punto de partida para una nueva obra que dialoga con la historia visual de la que proviene, pero también con el universo estético y conceptual propio de le artista. Las imágenes se nutren de otras imágenes. Este sentido, Bencardino trabaja desde un posicionamiento crítico sobre la circulación y la reapropiación de las imágenes en la era contemporánea, donde las fuentes y referentes visuales se multiplican, se entremezclan y se transforman constantemente. En su pintura, la apropiación no es un fin en sí mismo, sino un medio para interrogar la memoria cultural, las iconografías compartidas y la relación afectiva que establecemos con las imágenes”.
El debate sobre el apropiacionismo, la cita y el plagio en el arte contemporáneo -y sus fronteras difusas- se reanuda con frecuencia con la aparición de nuevos casos. También sobre el uso de obras sin autorización en soportes digitales.
Bencardino, de 31 años, acaba de debutar con su primera exposición institucional, que captura al espectador a cada paso. En 2024 expuso en la feria Liste, en Basilea, representada por la galería Piedras. Allí la descubrió la alemana Jan Kaps, quien la llevó a Art Basel Miami Beach. En arteba sorprendió con sus retratos de rostros provocadores y distorsionados; uno de ellos pasó a integrar la colección del museo Moderno, donde se exhibe actualmente. También ocupó la sede de Piedras con una instalación inmersiva con pinturas y una performance.
Ciruelo Cabral, además de ser referente de la Fantasía Épica, es el creador de la técnica conocida como petropictos, en la cual dibuja o pinta sobre piedras sin alterar su forma original. Creó los pósteres de dos filmes considerados de culto: el clásico drama de ciencia ficción de Eliseo Subiela Hombre mirando al sudeste (1986), y la película surrealista-musical sin diálogos Fuego gris (1994), de Pablo César. El póster del film también fue utilizado para ilustrar la tapa del álbum homónimo de Luis Alberto Spinetta, que formó parte de la banda sonora del film.
A partir de hoy y hasta el domingo, el dibujante estará participando de una exposición en Exposición en el Parque de la Estación, en Avellaneda.