El gobernador Martín Llaryora aprovechó el emblemático almuerzo de la Bolsa de Comercio de Córdoba —un escenario donde se cruzan economía, poder y narrativa productiva— para anunciar una decisión de fuerte peso político y fiscal: la reducción del 5% en la alícuota de Ingresos Brutos para nuevas inversiones en el noroeste y el sur provincial, zonas que el mandatario definió como “con un potencial maravilloso, pero olvidadas durante años”.
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La medida, que será presentada ante la Legislatura en los próximos 30 días, forma parte de un paquete de incentivos territoriales con el que el Gobierno de Córdoba busca corregir asimetrías estructurales y atraer capital a regiones con baja densidad empresarial. Según anticipó el propio Llaryora, el costo fiscal estimado de la iniciativa será superior a los 100 millones de dólares, una cifra significativa en el actual contexto económico, que el Ejecutivo provincial considera “una inversión en equidad, desarrollo y futuro”.
“No podemos seguir hablando de desarrollo si no lo distribuimos geográficamente. Necesitamos un modelo productivo donde todos los rincones de Córdoba tengan oportunidades”, expresó el gobernador, ante un auditorio colmado de empresarios, economistas y dirigentes sectoriales.
En ese marco, Llaryora también sumó un guiño político que no pasó desapercibido: saludó especialmente a la ex canciller libertaria Diana Mondino, presente en el evento, por lo que definió como una colaboración institucional clave. “Vos desde la Cancillería nos ayudabas a hacer la mejor reunión. Gracias por la actitud a favor de todos los cordobeses”, le dijo, en un gesto que combinó cortesía diplomática y pragmatismo cordobés.
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El anuncio se dio durante la presentación del tradicional Balance de la Economía Argentina (BEA), que la Bolsa de Comercio de Córdoba realiza cada año con perspectiva federal. En el panel principal, además de Llaryora, participaron el presidente de la Bolsa, Manuel Tagle; el presidente de Ecosur y ex titular del Banco Central, Guido Sandleris; y el ministro de Economía provincial, Guillermo Acosta.
La propuesta de incentivo no se limita a lo fiscal: estará acompañada por un plan de obras de infraestructura y políticas de igualdad territorial, apuntadas a generar condiciones reales para la radicación de emprendimientos en las zonas más postergadas. “No es sólo bajar impuestos, es construir un ecosistema para que la inversión florezca”, dijo el gobernador.
La jugada de Llaryora busca también posicionarlo como un dirigente con capacidad de gestión territorial y visión de largo plazo, en un contexto donde el peronismo cordobés busca recuperar su músculo político más allá de las fronteras provinciales.