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Finanzas embebidas: el futuro de la banca no está en los bancos

La revolución en la banca y los servicios financieros ya no es un concepto futurista; es una realidad en plena aceleración. En los últimos tres años, la industria ha cambiado más que en los últimos cien, impulsada por tecnologías exponenciales, y que se acelerará aún más con el uso intensivo de la inteligencia artificial generativa, la realidad aumentada y la adopción del Internet de las Cosas. Sin embargo, hay un factor clave que tendrá la capacidad de reinventar la industria financiera, del mismo modo en que Netflix cambió el entretenimiento y Uber revolucionó la movilidad: las finanzas embebidas: una tendencia que permite a empresas no financieras ofrecer productos financieros integrados dentro de sus plataformas.

Este modelo desafía la estructura tradicional de la banca en la actualidad, permitiendo que cualquier empresa, independientemente de su industria, ofrezca soluciones financieras a sus clientes dentro de sus cadenas de valor. La pregunta entonces no es si este cambio es una oportunidad emergente o un modelo para adoptar, sino cómo y cuándo vamos a adaptarnos a él.

Un puente que se quema. Un emprendedor inglés con el que trabajé describió la situación actual de la banca, como un puente en llamas: un espacio donde las entidades tradicionales deben decidir entre avanzar con una transformación radical o quedar atrapadas en modelos obsoletos. Hoy, post pandemia, esta metáfora cobra mucho más sentido: los procesos de transformación digital se aceleraron desafiando a los bancos a cambiar su forma histórica de crear valor; forzándolos a repensar su rol dentro de la nueva cadena de valor y su estrategia competitiva a futuro.

¿Pero cómo puede la banca entonces transicionar hacia el contexto actual, sin morir en el intento? Las finanzas embebidas proponen un modelo revolucionario, de enorme potencial, permitiendo adoptar tecnologías next-gen, acelerando los tiempos de lanzamiento de nuevos productos y maximizando utilidades. Solo en Latinoamérica, se estima que podría generar más de 200.000 millones de dólares en nuevos ingresos en los próximos tres años. Los pagos sin contacto, el “embedded lending” -préstamos embebidos-, “embedded Issuing” -emisión de tarjetas embebidas- y las soluciones de pagos B2B para Empresas serán las principales palancas de crecimiento, con tasas interanuales de entre 2 y 5 veces su volumen actual. Esta transformación, además, podría ayudar a abordar una problemática crítica en la región que aún no ha sido resuelta de forma definitiva: la inclusión financiera. Aún hay más de 300 millones de personas y 25 millones de empresas financieramente desatendidas en nuestra región. La oportunidad es enorme.

Un océano azul por explorar. Empresas innovadoras ya están capitalizando este modelo. Mercado Libre pasó de ser un e-commerce a convertirse en la principal Fintech de la región. YPF, empresa de oil & gas, creó un ecosistema y una billetera digital con más de 5 millones de usuarios y niveles de actividad envidiables incluso para la banca tradicional. Incluso compañías de microcréditos en Argentina lograron digitalizar su modelo de negocio, pasando de operar en sucursales físicas a vender préstamos digitales a través de terceros -retailers- con una expansión sin precedentes. Y lo que es más fascinante al transformarse en una Fintech: lograron en pocas semanas, aumentar 10x sus ventas y reducir más de un 75% sus costos de estructura. Volvieron a nacer.

¿Qué nos enseñan estos casos? Que la flexibilidad y la capacidad de co-creación son claves para mantenerse competitivos en este nuevo entorno. Las instituciones financieras que quieran prosperar deben dejar de ver a las Plataformas tecnológicas como amenazas y empezar a colaborar con ellas para construir modelos de negocio escalables y sostenibles.

Reescribir el rol de la banca. Adoptar el modelo de finanzas embebidas implica que la banca cambie de mentalidad y de rol. ¿Qué lugar quieren ocupar en el ecosistema digital? ¿Dónde pueden realmente aportar valor diferencial?

No es posible ocupar todos los roles de una cadena, ni ser el líder en cada segmento. El éxito del banking-as-a-service radicará en identificar ventajas competitivas, establecer alianzas estratégicas, atraer nuevo talento que piense distinto -filósofos, sociólogos, psicólogos- y desarrollar nuevas habilidades dentro de los equipos de trabajo.

La banca del futuro no estará definida ni por sus oficinas, ni por sus propios canales de atención, sino por su capacidad de integrarse en ecosistemas digitales que ofrezcan experiencias inmediatas, hiperconectadas y personalizadas para sus clientes. Aquellos que no comprendan este cambio quedarán atrapados en un puente que se quema rápidamente.

Aquellas Instituciones financieras que logren posicionarse primero dentro de estos nuevos ecosistemas y cadenas de valor, serán los protagonistas del nuevo sistema financiero.

El desafío es claro: reinventarse o desaparecer. El momento de actuar es ahora.

*Lucas Bianchi es Founder & CEO de Finket

por Lucas Bianchi

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