En medio de la conmoción por la muerte del Papa Francisco a sus 88 años, en una ciudad italiana se vivió como un nuevo capítulo en una lúgubre historia de coincidencia ya que el pasado sábado Avellino logró el ascenso a la Serie B y cumplió con un extraño suceso que le acompaña desde 1958.
El sábado 19 el equipo de la región de Campiña derrotó 2-1 a Sorrento y con esa victoria matemáticamente se aseguró su boleto a la segunda división del Calcio, y dos días más tarde se confirmó el fallecimiento del Sumo Pontífice tras decir presente horas antes en la misa por la Pascua.
Lo curioso es que, cada vez que Avellino logró subir de categoría, ese mismo año falleció un Papa. El primer antecedente tiene lugar en 1958 con la muerte del Papa Pío XII y el ascenso de la 4° División a la Serie C. Solo cinco años más tarde volvieron a la Serie C, un 1963 en el que muere Juan XXIII.
El último capítulo de esta increíble historia se escribió el sábado 19 de abril de 2025. Con una victoria 2-1 ante Sorrento, el equipo verde aseguró el primer puesto de su grupo en la Serie C y ascendió de forma directa a la Serie B. Menos de 48 horas después, el 21 de abril, el Vaticano anunció el fallecimiento de Francisco. Otra vez, Avellino había anticipado el final de un pontificado con una alegría futbolera.
La insólita tradición de Avellino de ascender cuando cambia el papa
Todo comenzó en la temporada 1958/59, hace casi 7 décadas. Avellino jugaba en la Serie D, la cuarta categoría del fútbol italiano. Esa campaña, el club terminó tercero en el Grupo H, y logró el ascenso a la Serie C por primera vez en su historia, junto a Crotone y Arkragas. Ese mismo año, tras la muerte de Pío XII, el cónclave eligió como nuevo papa a Juan XXIII. Era el inicio de una insólita coincidencia que se repetiría una y otra vez hasta nuestros días.
En 1963, Avellino volvió a la Serie D tras un descenso. Pero apenas un año más tarde, en la temporada 63/64, recuperó su lugar en la Serie C al consagrarse campeón. En el Vaticano también hubo novedades: tras la muerte de Juan XXIII, el cónclave eligió a Pablo VI. Avellino volvió a ascender en coincidiencia con un nuevo papa. La curiosa tendencia comenzaba a tomar forma.
Lo de 1978 fue una locura. Ese año, el mundo vio pasar tres papas por el trono de San Pedro: Pablo VI murió en agosto, su sucesor Juan Pablo I falleció repentinamente 33 días después, y finalmente fue elegido Karol Wojtyla, Juan Pablo II. Avellino, que no podía subir dos veces en un año, encontró una forma de superar todas sus marcas: consiguió el ascenso a la Serie A, la élite del fútbol italiano, por primera y única vez en su historia. Aquella gesta lo llevó a disputar ocho temporadas consecutivas en la máxima categoría.
En 2005, tras años difíciles en la Serie C, Avellino llegó a la final del playoff de ascenso a la Serie B. El rival era nada menos que Napoli, el exclub de Diego Maradona, que buscaba volver al primer plano tras una profunda crisis económica, y Avellino se impuso aunque no partía como favorito. Igualó 0-0 en el San Paolo, como se llamaba entonces, y ganó la vuelta por 2-1, ante 22 mil personas en su Stadio Partenio. Meses antes, en abril, Joseph Ratzinger había sido nombrado papa bajo el nombre de Benedicto XVI. Otra vez, ascenso y nuevo pontífice.
En 2013, Avellino volvió a la Serie B tras cuatro temporadas en las divisiones inferiores. Había atravesado años convulsionados, con cambios de dueños e incluso de nombre: pasó a llamarse Associazione Sportiva Avellino 1912. Sin embargo, el equipo logró el ascenso directo y regresó a la segunda categoría. Ese mismo año, Jorge Bergoglio fue elegido papa tras la histórica renuncia de Benedicto XVI. La asunción de Francisco fue la quinta coincidencia.
Y ahora, en 2025, sucedió lo mismo por sexta vez. El equipo dirigido por Raffaele Biancolino se quedó con el primer puesto de su grupo en la Serie C y ascendió de forma directa. Todo pasó en unas pocas horas. El sábado, Avellino festejó el título con una victoria ante Sorrento, en casa, gracias a la derrota de su escolta, Audace Cerignola, que cayó inesperadamente frente a Team Altamura por 1-0. Y el 21 de abril, a las 7:35 de Italia, “el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre”, anunciaba el Vaticano.
Con la muerte del papa comienza una larga serie de ritos milenarios que llevarán a la renovación del trono de San Pedro. Una tradición en la que Avellino ya parece tener un rol asignado. Una tradición improbable, pero muy real.
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