Frente al clamor de muchos sectores que alegan la existencia de un “dólar barato” en la Argentina, desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam) advierten que ese debate debe “cambiar de enfoque” en la medida en que la presión impositiva sigue siendo el factor que más resta competitividad al representar cerca del 50% del valor de cualquier bien.
En tanto, desde el gobierno aseguran que vienen trabajando en una “audaz” reforma impositiva que concentre la cantidad de impuestos en menos de una decena. Según explicó a Canal E la tributarista, Elisabet Piacentini, “la idea del equipo económico es no tener que coparticipar los impuestos y darle a las provincias para que recauden algunos”.
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Ahora bien. Volviendo a la entidad que agrupa a las grandes cadenas de distribuidores e hipermercados con presencia en distintas localidades y provincias del país entre los que se encuentran Makro, Yaguar, Maxiconsumo y Maxiofertas, dijo que “más allá del tipo de cambio, el problema principal radica en la carga impositiva que enfrentan los consumidores”.
“Desde la salida de fábrica hasta la venta al consumidor final, los impuestos en cascada representan casi el 49% del precio de los productos”, señalaron.
Uno a uno cuáles son los impuestos que conforman la carga impositiva de un producto desde la salida de fábrica
El comunicado enumera en detalle la carga impositiva, que se compone del siguiente modo desde salida de fábrica:
1) En el proceso de fabricación
- 21% de IVA.
- 1,5% de ingresos brutos.
- 1,2% de tasa de seguridad e higiene.
- 1,2% de impuesto al cheque.
2) En la etapa mayorista:
- 5,5% de ingresos brutos.
- 1,2% de impuesto al cheque.
- Tasa de seguridad e higiene (según el municipio).
3) En la etapa minorista:
- 1,2% de impuesto al cheque nuevamente.
- Tasas municipales de seguridad e higiene (de hasta un 6%).
- 5,5% de ingresos brutos nuevamente.
En total, calculó la agrupación de distribuidores y autoservicios mayoristas, donde suelen abastecerse muchos de los locales y almacenes “de proximidad” en los que compran buena parte de la población, “de cada $1.000, $490 son impuestos” (esto es, el 49%).
“Este peso impositivo no solo encarece los productos, sino que también afecta la competitividad del país frente a sus vecinos, quienes tienen una carga fiscal significativamente menor”, dice el comunicado.
El elogio a la transparencia fiscal
La Cámara aprovechó para elogiar como “un paso adelante” la medida del gobierno que desde el 1 de enero exige que los tickets reflejen los impuestos nacionales en cada compra.
“Este avance hacia la transparencia es fundamental, pero aún hay un paso más por dar. Es imprescindible que las provincias adhieran a esta ley para que también se reflejen los impuestos provinciales y municipales”, pidió la Cadam.
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Y explicó que “si no se hace, no se puede conocer cuánto se pagas en ingresos brutos, tasas municipales u otros impuestos locales. Esto invisibiliza una parte crucial de los costos y limita la capacidad de los consumidores de entender realmente cuánto están pagando en tributos”.
Para los mayoristas, “cada vez que sube el tipo de cambio los precios, los servicios y los salarios se ajustan y volvemos al punto de partida, atrapados en un ciclo sin fin. La verdadera solución pasa por simplificar y reducir los impuestos en cada eslabón de la cadena de valor y garantizar que los recursos recaudados se utilicen de manera eficiente”.
Por eso, piden “más transparencia y una reforma profunda. Conocer exactamente cuánto de nuestro dinero va a impuestos es el primer paso para repensar un sistema que debe ser más justo y eficiente para todos”.
Los tickets de ahora en adelante detallarán los impuestos abonados por el consumidor: cuáles son los otros cambios
Además de los distribuidores y autoservicios mayoristas, también las cadenas de supermercados se quejan de la proliferación y el alto nivel de las tasas municipales, en particular en localidades del conurbano bonaerense.
La polémica por las tasas municipales llegó a la Justicia luego de que tres supermercados reaccionaron ante la fuerte suba en el municipio de Lanús, cuyo intendente, el camporista Julián Álvarez, en septiembre pasado aumentó la Tasa de Seguridad e Higiene (TSH) de 2,3% a 6% para las grandes cadenas, afectando a Coto, Changomás y Vea, que trasladaron ese incremento a los consumidores, además de plantear reclamos judiciales.
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