Fue una de las voces más importantes de la historia argentina y se destacó en muchos géneros musicales.
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Roberto Sánchez Ocampo adoptó el seudónimo artístico Sandro debido a que sus padres quisieron anotarlo bajo ese nombre y el Registro Civil no se los permitió. Roberto Sánchez Ocampo luego adoptó el seudónimo “Sandro de América”, quizás porque su talento podía extenderse y cruzar fronteras. Roberto Sánchez Ocampo falleció un 4 de enero de 2010 debido a un shock séptico.
Pero en el medio pasaron 52 álbumes originales, 8 millones de copias vendidas, Los del Fuego, Trigal, Así, Porque te amo,Quiero llenarme de ti y las incontables funciones en el Gran Rex. Dueño de la canción melódica y la balada, adorado por sus “nenas” y con un estilo seductor y atrevido, Sandro logró trascender en el arte argentino.
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Quien interprete a Sandro será elegido de un casting abierto.
Sandro, el tabaco, las operaciones y su final
A pesar de sus romances, su verdadero amor fue el tabaco, el vicio que lo llevó a su muerte. Diagnosticado con enfisema pulmonar en 1997, Sandro atravesó etapas de terapia intensiva, broncodilatadores y tubos de oxígeno.
La situación empeoró el 20 de noviembre de 2009, cuando fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Italiano de Mendoza para recibir un trasplante pulmonar. Su veloz recuperación engañó a los partes médicos, que creían que un milagro había ocurrido. Para ese entonces, su corazón y su pulmón no eran suyos, sino de un joven italiano de 22 años que se había suicidado.
Pasaron 45 días en los que hubo médicos, controles, fanáticas y medios. También volvió a empeorar el cuadro de Sandro, y el germen Acinetobacter baumannii que había afectado al “Gitano” evolucionó. Luego de controlarse con antibióticos, hubo un rechazo pulmonar, por lo que solo restaba contar las horas.
Finalmente, el 4 de enero de 2010, un shock séptico producto de una falla multiorgánica terminó con la vida de Sandro, de Sandro de América, de Roberto Sánchez Ocampo.